Coceramic: de ícono fabril a vaciamiento y puja judicial

2022-05-28 15:24:57 By : Mr. curry zhang

La Cooperativa de Trabajo Limitada Coceramic bien podría ser un símbolo del trabajo en Paraná para festejar este día, pero su historia de producción, pujanza y orgullo obrero se fue desviando hacia un sendero de debacle, quiebra, vaciamiento y conflicto judicial. Sus ex trabajadores, a pesar de todas las pérdidas que han sufrido, mantienen la esperanza de recuperar los terrenos donde pasaron los mejores años de su vida, y están dispuestos a que la Justicia les reconozca la propiedad que, denuncian, les “arrebataron”.

Ubicada en una zona privilegiada de la ciudad, el Parque Urquiza, y declarada patrimonio histórico local, Coceramic fue inaugurada en 1925 y fabricó tejas francesas, cerámica roja y ladrillos hasta 1992, el año en que sus propietarios, la familia Mutio, presentaron su quiebra. Entonces, los dueños y los trabajadores llegaron a un acuerdo que la convirtió en la primera fábrica del país recuperada por sus obreros. En lo que fue una de las primeras experiencias del país de empresas recuperadas por sus trabajadores, levantaron una quiebra de 1 millón y medio de dólares y pusieron en marcha los hornos y las máquinas.

"Para no perder nuestra fuente laboral, todos los socios pusieron las acreencias que le correspondían a cada uno y se formó la Cooperativa de Trabajo Limitada Coceramic”, recuerda, hoy, Juan José Salzman, uno de los ex trabajadores comprometidos con la causa de su recuperación. En ese entonces Coceramic contaba 85 cooperativistas.

Hoy quedan unos 50 socios en la cooperativa, que logró regularizar su situación legal después de unos años de funcionamiento irregular.

Sergio Blasón y Juan Alfredo Ramos, otros de los ex obreros que enarbolan la bandera de la recuperación, evocan la época en diálogo con UNO. “Con sus altos y bajos, como toda empresa y toda cooperativa, funcionaba. Había ventas”, dice Blasón. Y su socio acota, con orgullo: “Era una empresa muy importante. Teníamos venta en toda la costa atlántica, Rosario, la zona de Cuyo. Llegamos a exportar a Uruguay”.

“Hasta que llegó un momento que caímos mal. La producción era mala. Hay muchos factores por los cuales se llegó a esto: malas administraciones, consejos de administración que no aceptaban propuestas de los asociados”, advierte Blasón.

Sumado a los problemas administrativos, comerciales y financieros, Salzman, en 2014 se rompió una cañería en calle Los Vascos y provocó una inundación en Coceramic, que imposibilitó la continuidad del trabajo, lamenta Salzman.

La situación era insostenible, no se vendía y los cooperativistas estaban en condiciones económicas cada vez más angustiantes. Entonces, apareció una supuesta solución, de la mano la empresa En Premieur SA, de Juan Carlos Acevedo Díaz, el otro protagonista en la historia. Salzman reseña: “Se presentó en junio de 2015 junto con el entonces gobernador Sergio Urribarri y el ministro de Producción, Roberto Schunk, a darnos una propuesta. Nos dijo que venía a invertir, a hacernos ganar, y ganar él”.

Primero, firmaron un convenio a seis meses. Blasón relata: “Él tenía que instalar una fábrica automatizada, con máquinas nuevas, vehículos nuevos, llave en mano. Y nosotros le cedíamos los terrenos, no los vehículos ni la maquinaria. Era una permuta. Pero de un día para el otro nos enteramos que había comprado todo”.

“Habían pasado los seis meses, nos pidió más tiempo, se los dimos. Hasta que en 2017 empezaron a desguazar y vaciar la fábrica”, completa Salzman.

Los cooperativistas incluso recibieron la escritura que indicaba que Coceramic se había vendido. “La venta fue firmada por los entonces presidente de la cooperativa, David Duarte, y el secretario, Carlos Lencina”, mencionan. Blasón asegura que “ninguno de los socios sabía” que se había vendido. “La gente quería su fuente de trabajo, un sueldo digno, aportes jubilatorios, obra social”, acota.

En 2017 inició un conflicto público entre los cooperativistas y Acevedo Díaz, quien siempre defendió la legalidad de la venta y llegó a denunciar por calumnias e injurias a Salzman.

En el medio, surgieron y cayeron varias iniciativas: en 2020 Cambiemos se propuso al Concejo Deliberante la expropiación de otros terrenos de Coceramic en Bajada Grande, de donde la fábrica extraía la arcilla para la producción. No prosperó. Según los ex obreros, Acevedo Díaz se comprometió a trasladar la fábrica al Parque Industrial. Tampoco se concretó. Y siempre se habló de un nuevo destino para los terrenos del Parque Urquiza: una zona residencial, comercial y cultural, de lo que hasta ahora no hubo avances. Lo que sí se realizó, durante los últimos años, fue el desguace de las instalaciones y maquinarias de la icónica fábrica.

“Coceramic se vendió a espaldas nuestras, aunque nunca se habló de venta sino de permuta”, dice el ex obrero Salzman

Ramiro Pereira es uno de los abogados que patrocinan a los ex obreros y explica la búsqueda, sino de una salida, al menos una negociación con el empresario, instancia que por ahora no están logrando. “Estamos intentando notificar a En Premieur SA para una mediación. Tiene domicilio en Godoy Cruz, Mendoza, un domicilio donde suele no haber gente ni atienden el teléfono. Si hay complejidades para notificar la mediación, iniciaremos la demanda”, anticipó.

Pereira repasa los puntos principales que contendría la demanda: “Vamos a plantear el precio vil del contrato, irregularidades en las autoridades de Coceramic y en la asamblea, ocultamiento del contrato y probablemente de lesión subjetiva, una figura jurídica relacionada a una gran falta de equivalencia entre las partes de una negociación”.

El letrado asegura que en la venta acusada “se transfirieron propiedades por un valor muy inferior al establecido. No hay una relación razonable entre lo que pagó y lo que adquirió”.

El empresario Acevedo Díaz, en cambio, afirmó siempre que el proceso fue correcto y que la venta fue ratificada por asamblea de asociados de la cooperativa, una asamblea que los ex trabajadores denuncian que fue irregular. “Compré, pagué, la Justicia me dio los papeles necesarios para que escriturara los terrenos; escrituré, se firmaron las escrituras y las registré a mi nombre", dijo en 2020 en una entrevista con UNO.

“En 2015, la cooperativa recibió una suma millonaria. Para poder vender esos terrenos, al estar concursados, tuvieron que pedir autorización a la Justicia. Es la Justicia la que debe determinar si los pueden vender o no, y en todo caso decir qué deben hacer con ese dinero”, señaló entonces Acevedo.

Acevedo Díaz remarcó que adquirió terrenos con el fin de un emprendimiento inmobiliario, porque además allí resulta imposible llevar adelante una fábrica, por su ubicación y porque se usan productos combustibles de alto impacto ambiental

El abogado Pereira insiste en que primero buscarán un acuerdo. “Siempre hay mecanismos para dar por notificado, o iniciar la demanda y sortear la mediación pre-judicial. De lo contrario, sería imposibilidad de acceso a la Justicia. El mismo problema vamos a tener al notificar la demanda. Eventualmente, se le podría designar un defensor oficial”, analiza.

Y sugiere que para los ex obreros “la solución sería una sentencia judicial favorable que declare la nulidad de los actos del contrato de venta”. De esta manera, los terrenos volverían a propiedad de los ex trabajadores.

En términos políticos, el abogado, y referente de la UCR en Paraná, acusa: “Hay una responsabilidad del gobierno justicialista de auspiciar a un empresario que supuestamente iba a inyectar dinero para la producción y termina haciendo un negocio especulativo”.

El ex trabajador Blasón añade en el mismo tono: “pedimos dos audiencias al gobernador Gustavo Bordet y nunca nos atendió. Sí nos reunimos con el actual itnendente Adán Bahl, cuando vicegobernador, y la ex ministra de Gobierno, Rosario Romero. Nos dieron bolsones de alimentos y subsidios de $4.000. Se agradeció en su momento. Pero seguimos esperando que nos reciban”.

“¿Cómo van a permitir que un empresario venga de afuera a fundir empresas?”, cuestionan los ex trabajadores

Pese a todo, los ex obreros, en diálogo con UNO, sostienen que esperan lograr la recuperación de los terrenos. De los más de 50 cooperativistas, actualmente unos seis quedaron trabajando como custodios de los terrenos de la ex fábrica. Otros han obtenido otros trabajos, algunos en el Municipio de Paraná, otros haciendo changas, y otros tantos se jubilaron.

Ramos aclara: “la gente no ha quedado mal, pero el reclamo es por la fuente laboral que nos arrebataron”. Blasón, por su parte, ratifica: “La esperanza no se pierde. Si no, no haríamos todo el movimiento que hemos hecho y hacemos. El objetivo es recuperar los terrenos y con ellos se pueden hacer muchas cosas”.

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