El Museo Egipcio de Barcelona reanuda sus excavaciones en el yacimiento de Sharuna

2022-06-25 12:52:46 By : Ms. Annie Chang

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El equipo de trabajo del Proyecto Sharuna en la foto oficial de la campaña de 2022.

Actualizado a 07 de junio de 2022 · 09:31 · Lectura:

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Tras dos largos años de interrupción a causa de la pandemia de covid-19, el pasado mes de mayo el equipo arqueológico del Museo Egipcio de Barcelona-Fundación Arqueológica Clos, bajo la dirección del egiptólogo Luis Manuel Gonzálvez y de la arqueóloga Maixaixa Taulé, directora de la institución, ha vuelto a retomar los trabajos en Sharuna, la antigua ciudad egipcia de Hut-nesut, un yacimiento situado en el Egipto Medio, donde llevan excavando desde el año 2006. Allí, los investigadores seguirán centrándose en la excavación y estudio de una iglesia del siglo VI d.C., cuyos cimientos y pavimentos fueron construidos con algunos bloques de piedra pertenecientes a un gran templo erigido bajo el reinado de Ptolomeo I (305-284 a.C.).

De hecho, a la finalización de la campaña de 2020, el perímetro de la iglesia cristiana quedó prácticamente delimitado excepto una zona correspondiente a la nave sur. Justamente aquí, los arqueólogos del Museo Egipcio de Barcelona han proyectado la nueva intervención con el objetivo de comprobar la existencia de estructuras que permitan completar la planta de la iglesia y, asimismo, intentar recuperar el mayor número posible de bloques decorados del templo de Ptolomeo que aún puedan quedar en el lugar.

Pero la presente misión arqueológica no está resultando exenta de complicaciones (como las anteriores, por otra parte. Por ejemplo, en la última campaña los miembros del equipo tuvieron que hacer frente a una plaga de serpientes). Algunas de las mayores dificultades se encuentran relacionadas con el emplazamiento a excavar, que en este caso está situado en una zona de cultivo donde las aguas del nivel freático se hallan tan solo a un metro de profundidad. Este hecho comporta que para llevar a buen término los trabajos sea necesario drenar el terreno mediante la utilización de bombas de agua y largos tubos que permitan desviarla hacia los canales y campos de cultivo aledaños. "En esta campaña, además, muy a pesar nuestro, nos hemos visto obligados a talar varias palmeras que se encuentran en nuestra área de intervención", comentan los investigadores.

panorámica del yacimiento arqueológico tras los primeros trabajos de limpieza y la tala de las palmeras.

Otro problema añadido es la época del año escogida para llevar a cabo los trabajos. Por diversos motivos, el equipo ha tenido que plantear la campaña durante los meses de mayo y junio, una época en la que el calor hace acto de presencia con intensidad en Egipto. Así, los arqueólogos se han visto obligados a organizar las jornadas de trabajo en base a los momentos de menor incidencia solar. Según Luis Manuel Gonzálvez, los días se distribuyen del modo siguiente: "Desayuno a las 5.30, y una jornada laboral que se inicia a las 6 y acaba a las 12.30 h. Comemos a las 13.30 h. e intentamos echar una siesta y descansar hasta las 16.30, y, hasta la hora de cenar, ocupamos el tiempo en diversas tareas de laboratorio como el lavado e inventario del material cerámico, clasificación de las imágenes tomadas durante el día, limpieza y fotografía de elementos arquitectónicos, seguimiento y planteamiento de estrategias de trabajo, etcétera".

Los arqueólogos se han visto obligados a organizar las jornadas de trabajo en base a los momentos de menor incidencia solar.

Maixaixa Taulé, directora del Museo Egipcio de Barcelona, realizando tareas de topografía.

El egiptólogo Luis Manuel Gonzálvez tomando imágenes para la realización de los modelos fotogramétricos de los bloques no decorados del templo de Ptolomeo I.

Oriol Achón, arqueólogo del equipo del Proyecto Sharuna, dando indicaciones a los trabajadores egipcios.

Así, las muchas horas al día dedicadas a la vida doméstica y a las tareas de laboratorio transcurren en la llamada Grabunghouse (casa de la excavación), una construcción erigida a principios de la década de 1980 por los miembros del equipo del Instituto de Arqueología de la Universidad de Tubinga, que llevaron a cabo diversas intervenciones arqueológicas en el yacimiento en el pasado y que actualmente colaboran en el proyecto. Según los arqueólogos, es "una casa tan entrañable como necesitada de mantenimiento y reformas, que comportan una parte más de nuestras tareas". Pero no todo son inconvenientes. Desde hace poco, las instalaciones disponen de corriente eléctrica durante todo el día, lo que ha mejorado tanto las condiciones de vida como de trabajo de los arqueólogos. "Con dos palabras se explica todo: ventilador y nevera, dos electrodomésticos de los que habíamos podido prescindir hasta ahora", explica Gonzálvez.

En cuanto al proyecto arqueológico en sí, todos los bloques de piedra decorados, localizados hasta la fecha, que formaron parte del templo que Ptolomeo I ordenó erigir han permitido a los arqueólogos obtener un mejor conocimiento sobre este importante santuario ptolemaico, tanto los descubiertos en las últimas campañas arqueológicas como los que ya se conocían por algunas intervenciones anteriores. Asimismo, quienes estén interesados en el desarrollo de este ambicioso proyecto aún tienen la oportunidad de visitar en el Museo Egipcio de Barcelona, hasta diciembre de 2022, una exposición que hace hincapié en los resultados preliminares del estudio de los bloques del templo, su descubrimiento y la figura de su constructor, el faraón Ptolomeo I.

Planta general del yacimiento arqueológico. Las líneas azules muestran la restitución hipotética de la planta de la iglesia a partir de la posición y la orientación de las estructuras localizadas. La mayor parte del sector correspondiente a la Nave Sur todavía no se ha excavado.

Planta del yacimiento con la ubicación, en color gris oscuro, de los bloques del templo ptolemaico. Junto a cada zona de concentración de bloques se muestran las caras decoradas de algunos de ellos.

Por su parte, el estudio de la iglesia ha permitido definir cada vez con mayor precisión su planta a pesar de la pérdida de algunos elementos originales del edificio. Pero aún quedan por conocer diversos aspectos importantes como la situación del acceso, la presencia o no de una torre, localizar la forma absidial del extremo oriental de la nave central o precisar las diferentes fases constructivas. Asimismo, los arqueólogos esperan hallar la mayor cantidad posible de elementos arquitectónicos como dovelas, fragmentos de arquitrabes, capiteles, columnas, basas de columnas o jambas de puertas. Todo ello con el objetivo de completar los hallazgos llevados a cabo durante las dos primeras campañas que evidenciaron la rica decoración del edificio en la que destacan los característicos motivos vegetales presentes en la arquitectura tardorromana y bizantina.

Ls arqueólogos esperan hallar la mayor cantidad posible de elementos arquitectónicos como dovelas, fragmentos de arquitrabes, capiteles, columnas, basas de columnas, o jambas de puertas.

Toda esta ingente cantidad de trabajo de campo terminará a finales del mes de junio. Pero ¿conseguirán los investigadores cumplir con todos los objetivos que se habían marcado al inicio de la campaña? El egiptólogo Luis Manuel Gonzálvez opina que no pueden tener certeza absoluta de ello, aunque "es un auténtico privilegio, con una dosis de desafío añadida, el poder rescatar del olvido una parte importante de las dos construcciones más emblemáticas de la antigua Sharuna; han llegado hasta nuestros días integradas en un mismo conjunto arqueológico, como testimonio del paso del tiempo y de lo perecedero de las ideas y los conceptos religiosos", concluye el egiptólogo.

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