Carmen Parada, la única mujer ascensorista de Santa Cruz | La Opinión Austral

2022-06-25 12:54:01 By : Mr. Edgar Zhou

Por La Opinión Austral

“Siempre me apasionó todo lo que era trabajo manual, a mi padre lo ayudaba a hacer bloques para la casa que hicimos. También ayudé en carpintería y herrería”, cuenta Carmen Elena Parada a La Opinión Austral.

Oriunda de Tucumán y formado como técnico en electromecánica en Buenos Aires, llegó a Santa Cruz quien sería su esposo. La pareja tuvo cuatro hijos, tres mujeres y un varón.

“Él llegaba entre las 21:00 y 23:00, los chicos ya estaban durmiendo y venía con el bagaje de situaciones y estiraba todo los planos sobre la mesa y me decía: Vení, ayudame, cébame mate y ayudame”, cuenta sobre cómo comenzó a aprender sobre la conservación de ascensores mientras ayudaba a su esposo.

Tras enviudar, Carmen debió atravesar la complejidad del duelo, pero este nuevo escenario le había presentado una disyuntiva, su esposo tenía un contrato con Servicios Públicos y ella debía responder si iba a completarlo o no. Tenía el conocimiento, así que decidió avanzar.

“Fue un desafío completo”, recuerda y explica que “primero porque al ingresar todo el mundo te miraba. Cuando les decía que había ido a reparar el ascensor, preguntaban: ¿Usted?, ¿y el técnico?, ¿vino sola?. Hasta que me fueron conociendo. Qué bárbaro una mujer arreglando ascensores, eso decían por el lado de las mujeres, mientras por el lado de los hombres me tocó que me preguntaran: ¿No tiene un ayudante varón?.

“Uno me dijo: Nunca más me vuelvo a subir a un ascensor sabiendo que usted lo arregla. Simplemente lo miré y no le dije nada. Tres días después, él se quedó encerrado”, cuenta.

Carmen se ocupa de la conservación de los ascensores, es decir, del mantenimiento y reparación, pero también de prestar servicio de emergencia.

Cuando llegó al lugar, el hombre la vio y la reconoció. Ella se abocó a trabajar para sacarlo de ahí. Cuando Carmen estaba por retirarse, el hombre aún estaba en el ingreso al edificio. “Me miró, no me dijo gracias, ni nada, pero para mí lo importante era que él estuviera bien”, señala.

“Como esa me pasaron varias cosas, especialmente con los hombres. Tengo muchos colegas que son ingenieros, electromecánicos, electrónicos, electricistas, que cuando me voy a presentar a las cotizaciones me quedan mirando como diciendo: ¿Vos qué hacés acá?”, marca.

En 2003, su hijo Víctor cumplió la mayoría de edad y comenzó a trabajar con ella. Sus hijas también se fueron sumando, Valeria con lo contable, Natalia con el asesoramiento jurídico y Mónica con lo relacionado al marketing.

De su trabajo al frente de VHL, empresa que lleva las iniciales de su esposo, destaca el detalle de que todo quede impecable y además, documenta cada paso para que conste la situación en la que se encontraba la máquina y también cómo quedó.

Al frente de VHL, Carmen Parada se ocupa de la conservación de ascensores desde 1999

Apunta que en Río Gallegos no existe una organización que regule la actividad. “No tenemos un organismo que nos supervise, entonces cualquiera hace lo que quiere. Me he encontrado con ascensores en los que han metido mano. Es necesario reglamentar”, sostiene.

Al respecto, en 2017 presentó un proyecto al Concejo Deliberante, pero no prosperó. “No lo consideraron importante, pero las vidas de las personas son importantes”.

“No tengo el título de electromecánica, electrónica ni ingeniera, pero he ofrecido capacitar a bomberos, policías, porteros, así si tienen que sacar a una persona lo pueden hacer. Estamos hablando de 220, 380v. No estamos hablando de una pequeña descarga, es tu vida y la de la otra persona”, marca.

“En Río Gallegos hay más de 450 máquinas de ascensores con todos los edificios nuevos que se han incorporado, pero no toman a los conservadores y sólo los llaman cuando tienen un problema”, comenta.

Tanto la falta de mantenimiento como el mal uso, como al superar la cantidad de kilos permitidos o el uso de un montacargas por personas, advierte, no pueden ser tomados a la ligera.

Actualmente está desempeñándose como administradora de edificios y consorcios, carrera que finalizó en 2020 y con VHL se ocupa de 15 ascensores en Río Gallegos y dos en el interior provincial.

Anécdotas le sobran: el día del censo se “escapó” unos minutos para un servicio de emergencia y regresó a su casa justo cuando estaba llegando el censista.

Como si fuera poco, cuenta que también “la ascensorista se quedó encerrada en su propio ascensor”. Eso le sucedió en SPSE, cuando acudió por una falla errática que estaba presentándose.

“Me subí al piso superior porque el ascensor había quedado en un piso a nivel, pero no abría la puerta. Voy chequeando las líneas de seguridad, cuando en eso arranca el ascensor y se va al último piso y yo estaba arriba. El jefe de mantenimiento vio que subió, me llama por teléfono y me pregunta: ¿Dónde estás?, le digo: Arriba del techo”.

Carmen aguardó agachada en el último piso y luego de que cortaron el suministro de energía, realizó una maniobra manual para poder salir. “Eran como las 23:30 cuando salí, pero logré solucionar la falla”, cierra con las risas que la caracterizan

Lo más leído