En el primer tercio del siglo XX A Mariña era dependiente de los centros industriales para la instalación de las complejas máquinas alternativas de triple expansión y de las calderas de vapor que movían los pesqueros. Aunque la construcción de los cascos se llevara a cabo en astilleros locales, estos eran remolcados sobre todo a Vigo y País Vasco donde Troncoso Santodomingo y Barreras, con la licencia inglesa Plenty & Son Ltd. por un lado, y Talleres Eraso, Balenciaga, Aranguren y Carmelo Unanue, por otro, completaban el armamento de la flota pesquera del norte.

En la instalación de los primeros motores diésel y gasolina en la posguerra a las pequeñas unidades de cerco o cordel, poco potentes y manejables, de su montaje y mantenimiento se ocupaban los talleres de automóviles, Barro Chavín instaló varios De Dion Bouton y Delahaye a la flota, cuya representación ostentaba.

En la década de los 50, A Mariña es una zona de malas comunicaciones para el transporte terrestre. El incremento del tamaño de los barcos, y de los bloques motores con potencias por encima de los cien caballos, obligan a desplazarse para el montaje de los mismos, sobre todo al puerto de Zumaia donde está instalado Carmelo Unanue, con motores propios y licencia Duvant, la azkoitarra Juaristi y los Talleres Yeregui Hermanos, que además de motorizar se ocupa del armamento a barco completo.

El impulso de la década de los 60 con los créditos blandos a la construcción naval conlleva la especialización laboral. Los talleres de A Mariña tendrán operarios para la instalación de los motores que venden los agentes de las marcas más fiables.

Acácio Vale Fernández es el prototipo de armador de la ribera viveirense. Gentes que a lo largo de los años han hecho del arte del cerco y la tarrafa su principal dedicación. Especialistas en el dominio de la ría y sus aguas adyacentes. Dueño del Acácio (14.30 metros de eslora, 12.10 TRB, Deutz 25 HP) desde su construcción, en la playa de Covas en abril de 1942 por Francisco Balseiro «Curiña», y mandado habitualmente por sus hijos Francisco «Paco de Acácio» y Víctor «Peixiño». A su muerte, la empresa es heredada por su viuda Casilda González y sus hijos María, Francisco, Dolores, Vicente Víctor, Carmen, Remedios y Antonio Luis (aunque sólo los varones y sobre todo su yerno, el industrial Aurelio Pernas) capitalizarán la empresa. En 1954 adquieren el Mary Loly Grela para las pesquerías de bocarte y bonito. De 15.80 metros de eslora y 4.20 metros de manga, desplazaba 27 TRB y equipaba un Unanue de 125 HP. Había sido construido en Covas por Jesús Seoane en 1948 para Benjamín Grela, camarero del trasatlántico Marqués de Comillas con el nombre de su hija. Fue remolcado a Zumaia por el Benigno López en febrero de 1949 para su equipamiento. El Mary Loly Grela se hunde en la Galerna de julio de 1961 durante la costera del bonito. Desaparecen sus trece tripulantes. Es una de las tres unidades perdidas de nuestro puerto.

En febrero de 1962, compran el Rosario Elsa (Lazcano 1939, 15.42 metros de eslora, 24 TRB, Yeregui 60 HP) en San Vicente de la Barquera para tarrafa; pasará a la propiedad de Antonio Vale y será vendida en 1976 a los hermanos López Villarnovo de Cedeira.

La respuesta inmediata a la grave pérdida sufrida en la Galerna es el encargo en diciembre de 1961 al carpintero de ribera focense César Beltrán de un casco de 23 metros de eslora por 6.14 metros de manga y popa redonda. 80 TRB lo convierten en el mayor de Celeiro en aquel momento. Botado en abril de 1962, es remolcado a Getaria para su armamento en los talleres que Echevarría tiene en ese puerto; equipará un T.E.B. de 200 HP de construcción propia. La supervisión corre a cargo del patrón de confianza de la empresa Antonio Lage «Antón da Amora» acompañado de Francisco López «Flecha». El barco se estrena en septiembre de 1962. Las gestiones de Francisco Vale con José Escourido, representante de Echevarría en la zona, que había vendido ya varios motores en Burela, había decantado la elección por unos talleres inéditos en A Mariña armando pesqueros.

El Hermanos Vale, un clásico de nuestro puerto, se vende para Figueras en 1974, armadores Leonardo Castro y Eduardo Marqués. En 1977 es renombrado Puente de Los Santos y foliado FE-1-1841 en el distrito de Ribadeo. En 1978 se le instala un Caterpillar de 300 HP en Talleres Cancio de Castropol. En octubre de 1993 es desguazado en los Astilleros de Armón Navia.

La buena marcha de la empresa lleva a los hermanos Vale a su expansión. Repiten la operación encargando a César Beltrán de Foz un casco mayor, de 25.75 metros de eslora y 6.70 metros de manga, Construcciones Echevarría en Bermeo completan un bonitero estándar cuya estética abundará en el Cantábrico durante varias décadas. El Acácio Vale será el primero y el mayor armado para Celeiro, con sus 120 TRB y un Echevarría de 330 HP. La empresa, fundada en 1925 por Gerardo Echevarría, construía más de 40 motores anuales en esa época con una plantilla de 300 operarios. De 1964 a 1989 lo hizo bajo licencia danesa Burmeinster & Wain; sus motores eran muy sólidos, manejables y económicos. Este modelo de casco gallego-montaje Echevarría se repite en 1966 Hermanos Basanta, 1967 Nuevo Vicente María y Hermanos Alonso, 1969 Lorenzo Maria y Hermanos Sanjuán, 1970 Hermanos Rodríguez Bouza y 1973 Santos Alonso. Adquiridos de segunda mano en Celeiro el Santo Niño del Remedio, en Burela el Ana Mari, Brisas de Cudillero, Pastor Nauta, Nuevo María Esther y Olímpico, en Cariño el Nuevo Basaldua y Noche de Paz.

El Acácio Vale lo estrena Antón da Amora para la costera de bonitos de 1964. Su puesto en el Hermanos Vale lo ocupa Laureano Míguez. En abril de 1967, Antón va a la Catalina y patroneará el Acácio Vale el nieto del fundador Eduardo Vale «Cacao» con Ramón Lorenzo «Moncho de García» de segundo patrón. Será este en 1969 quien se haga con la propiedad del barco junto al motorista Jesús Álvarez «Cachón» y la industrial Matilde Picado.

En 1977 se vende a Cariño y el 31 de octubre de 1983 se hunde por vía de agua en las proximidades de la Estaca de Bares cuando navegaba a Celeiro para subir al varadero.

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